Ayuda en camino


Ayuda en camino

Esta es la historia de un hombre que ayudó y cambió la vida de muchas personas, en especial de una
¿Cómo? Muy sencillo, con un caramelo.

Esa mañana Rubén se levantó dos horas antes de lo normal, no desayunó lo normal, ni su puso su ropa normal, no fué a por el periódico como normalmente. Pero claro esa mañana no era normal Rubén iba a ir a África como misionero a ayudar a los que le necesitaban (a el y a mucha mas gente).
Como dije antes no cogió el periódico pero sí hizo otra cosa, fué a la tienda de chuches más cercana donde compró diez bolsas de caramelos, pués sabía que en campamento de Burkina Faso había muchos niños.
Ya preparado fué al aereopuerto donde cogió avión hacia África, donde lo recogería un carro que lo llevaría al campamento.
Cuando llegó lo que vió fué horrible, pero hermoso, el era un médico muy culto y cuando vió el estado de salud de aquellas personas se le cayóel alma a los pies, pero era tan hermoso que en aquella pobreza ,extrema y en aquel estado estuvieran tan felices,su sonrisa era la más bella que había visto nunca.
Entonces dió los caramelos a los niños, que al recibirlo parecían relucir de alegría.
Se fijó mucho en los más pequeños, pero en concreto en una niña que había perdido a su familia por una epidemia ella se salvó pero ahora no tenía a nadie. Cuando llegó vió ala niña muy seria pero cuando le dió el caramelo su sonrisa fué la mas maravillosa de todas, y desde ese momento
supo que se había creado un lazo entre ambos.
Después de cuidar de tres embarazadas y practicarle el parto a otra, repartir medicamentos y poner muchas vacunas empezó a hacer feliz a mucha gente haciendo reir construyendo casas y muchas cosas más.
Cuando su tiempo allí se terminó, se había enamorado del lugar y deseó volver a esa tierra y volver a ver aquellas personas, en especial a la niña a la que llamaba Helí, la niña de la sonrisa hermosa, y lo deseó con tanta fuerza que se hizo realidad. Volvía allí todos los años y en veramo tenía una visita muy especial, Helí a la que acogía todos los veranos. Cuando llegaba lo primero que hacía después de saludar, iba directa al cuarto de baño a abrir el grifo y admirar la belleza del agua que casi no veía.
Poco tiempo después se casó con una misionera y decidieron adoptar adoptar a Helí para siempre como hija.
Y siguieron yendo todos los años a Burkina Faso donde siempre eran recibidos con muchas sonrisas.



Y esta es la historia de Rubén
que gracias a su
hospitalidad cambió la vida de
muchas personas en
especial de una.